Las autoridades de la Baja Austría habían asegurado en la rueda de prensa que se llevo a cabo el 29 de abril de 2008 que el señor Josef Fritzl no tenía ningún antecedente penal en su historial. Cuatro días después, el rotativo alemán "Oberösterreichischen Nachrichten" (OÖN) desmetía esta apresurada declaración y revelaba que Fritzl fue encarcelado durante 18 meses en 1967 por violar a una joven en la ciudad de Linz -a 60 kilómetros de distancia. Según las actas encontradas en el Archivo Regional de la Alta Austria, esta no sería la única instancia abierta a costa del monstruo de Amstetten: además de una denuncia por exhibicionismo y un intento de abuso contra una muchacha de 21 años, Fritzl habría entrado por la ventana de un domicilio particular y consumado el delito de violación contra otra mujer, de 24 años de edad. Por este hecho Fritzl pasó más de un año en prisión, de la que saldría en 1969, como recuerda su cuñada Christine, quien desveló el maltrato al que Fritzl ha sometido a su esposa durante más de cincuenta años de matrimonio.
La misma noticia comparte página con la declaración de un tal Sepp Leitner, quien fuera inquilino de Fritzl a principios de la década de los noventa. Este hombre, que por aquella época trabajaba como camarero, asegura que pagaba un recibo de electricidad astronómico, algo que ahora adquiere un trágico sentido. Josef Fritzl le cargaba los gastos de luz que se consumía en el zulo en el que se hallaba confinada su hija y sus vástagos. Así mismo, Leitner recuerda que su perro solía ladrar cuando pasaban cerca de las escaleras que llevaban al sótano o la regular desaparición de alimentos de la vivienda que tenía alquilada. El inquilino decidió dejar aquella casa tras una furibunda discusión con su arrendatario, a causa de un cambio de cerradura del que no dio parte. Ahora, Leitner se lamenta pensando que si hubiera investigado más a fondo las irregularidades de las que fue partícipe Elisabeth y sus hijos hubieran salido mucho antes de su cautiverio. El 23 de octubre, TIME hizo eco del informe psicológico redactado por el doctor Adelheid Kastner. En él, Fritzl intenta revelar su versión de la historia: entre otros detalles, afirma que nació para violar y que debió contenerse durante mucho tiempo. Así mismo, se dictamina que Fritzl padece un grave trastorno de personalidad; se recomienda mantenerlo bajo una atención psiquiátrica de por vida.
Adjuntaremos una noticia que amplía el historial de Fritzl con una nueva perversión. En octubre de 2008, seis meses después de que fuera descubierto el zulo, Fritzl, en los interrogatorios a los que es sometido antes de su propio juicio, revela que también mantuvo bajo cautiverio a su madre. Según el acusado, lo sometió a su vez a maltratos y vejaciones continuadas en su niñez, creando sobre el pequeño Josef un fuerte temor e inseguridad. Cuando la madre de Fritzl ya no pudo valerse por si misma, el hijo se hizo cargo de ella. Presuntamente, la encerró en la parte superior de su vivienda de Amstetten hasta su muerte: un total de 20 años. Desde el semanario australiano The Age, se informa que, además, Fritzl inculpa al régimen nazi de contagiar a su persona un carácter autoritario y dominante, lo que le impelió a someter a su hija. |
Finalmente, el 13 de noviembre se informa que a lo cargos que ya reúne Fritzl, entre ellos violación o exclavitud, se añade el de asesinato. Al parecer, Fritzl negó asistencia médica a uno de sus vástagos, que vino al mundo junto con un gemelo en 1996, aun a sabiendas de su penoso estado de salud. Reconoció que se deshizo del cadáver incinerándolo en su casa.
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